Un nuevo estudio presidido por la organización 5Gyres dio alerta sobre la contaminación de microplásticos. Y sí, hemos escuchado o leído ya un montón de veces que hay «miles de millones de microplásticos» en el océano, pero ¿Cuál es esa cifra? Este nuevo estudio realiza una extensa recopilación de bases de datos acerca de este tema para su procesamiento y análisis, y así lograr un mejor entendimiento de la problemática, y cómo esto puede o no estar afectándonos.
Utilizando más de 12 mil datos (muestras) de microplásticos de diferentes puntos del océano, información que se registra en un periodo de 40 años (1979 – 2019), se ha determinado que existen cerca de 170 billones de partículas de plástico con un peso de 2 millones de toneladas, una cifra bastante alarmante puesto que en el 2014 esta misma ONG había estimado que 5 billones de partículas plásticas flotaban en el océano. Esta actualización no solamente muestra estos datos, también evalúa las medidas políticas internacionales desarrolladas e implementadas a partir de 1979 para la reducción de la contaminación por plásticos.
Resulta impresionante observar que, a pesar que hay nuevos tratados o convenciones o estrategias para combatir este tipo de contaminación, la cantidad de fibras plásticas encontradas en el océano va en aumento. Las razones pueden ser varias: los objetos alguna vez fabricados se están fragmentando por acción de las condiciones ambientales; el aumento exponencial de la producción de plástico; e incluso la pésima gestión de residuos sólidos en todo el mundo. Aquí cabe destacar que ni el reciclaje ni las limpiezas de ecosistemas acabarán con el problema. El reciclaje es la última alternativa que se debería aceptar (solo un 10% de los residuos producidos hasta la actualidad se ha podido reciclar), y las limpiezas son una herramienta clave de muchas organizaciones y entidades públicas y privadas para visibilizar el problema.
Este estudio es un gran llamado de atención a todos, desde los que están involucrados en la primera etapa del ciclo de vida de los plásticos (extracción de petróleo), seguido de los productores hasta los consumidores, porque cada uno ha cumplido un rol en esta generación de contaminación que ya nos está perjudicando. Estamos hablando de una crisis ambiental, social, económica y de salud pública a nivel global que ya no podemos seguir ignorando.
Si realmente queremos arreglar esta crisis, debemos: terminar con la extracción de combustibles fósiles, hacer responsables a los productores, negociar un sólido tratado global de plásticos, detener la producción de plásticos, liberarnos de los plásticos. De lo contrario, terminaremos ahogándonos en plástico sin opción a reparar este problema.