Existen países que se han ganado el reconocimiento en reducir, rehusar y reciclar en el mundo: Canadá, Holanda, Dinamarca, Austria. Mientras que Suecia es conocida por comprar hasta 700 mil toneladas de basura a sus vecinos nórdicos. Así genera electricidad con sus plantas de combustión de residuos. Acciones tan distantes, lejanas de acontecer en este puerto llamado Guayaquil porque “nadie se hace cargo”. ¿O si?
Meses atrás diario Expreso tituló una de sus notas con una frase del Director de Aseo Cantonal, Mercados y Servicios Especiales del Municipio de Guayaquil: “Poco menos del 4% de la basura se podría reciclar”. Una frase negativa ante un proyecto que genere en la ciudad un sistema de reciclaje efectivo, pues justamente ocurre eso: no hay efectivo de por medio que permita ver, en las autoridades, una acción económicamente viable para clasificar y reutilizar desechos.
Pero, ¿qué sería de este mundo sin la motivación de cada uno para dar un revés a tan profundo comentario? Guayaquil no cuenta con un sistema óptimo para clasificar desechos y menos aún para crear una industria que produzca millones de dólares por el tratamiento de residuos. Aquí hay algo mucho más gigantesco: la posibilidad de crear hábitos.
Desde hace siete años existe una escuela que se mueve y crece sobre todo en la cabeza de los más chicos. Los que aún tienen la oportunidad de llevar el mensaje distinto a lo acostumbrado. “Se puede reciclar. Aquí se puede reciclar todo”, grita con un ímpetu bastante contagioso, Jimmy Molina, Asistente en el área de reciclaje de la escuela. Este es un día más en donde Jimmy, tiene frente a sus palabras, un grupo de niños que realiza el circuito para aprender a reducir y reciclar. Atentos, curiosos. dispersos, pero observadores. Posibles ciudadanos que aprenden a reciclar en sus casas y que aquí tienen un lugar para regresar.
La Escuela de Reciclaje es parte de la Fundación Malecón 2000 y está dentro del Malecón Simón Bolívar, en la av. Malecón y Loja (a lado del Cinema Malecón, conocido como IMAX).
Los estudiantes realizan grupos para recorrer el circuito que comprende una proyección de documentales educativos en Cinema Malecón, un paseo por la Escuela de Reciclaje, que cuenta con su procesadora y huerto, y un paseo por el Museo Miniatura de Guayaquil en la Historia.
Además del circuito, la Escuela de Reciclaje en Guayaquil, cuenta con 60 estaciones dispersas en varios puntos del Malecón 2000 y el Malecón del Salado. En cada tacho se puede clasificar: plásticos, vidrios y latas; papel y cartón y aparte desechos orgánicos.
Martha Defilippi, coordinadora del programa educativo de la escuela, está a cargo de las programaciones que incluyen documentales de tecnología y naturaleza. Sus invitaciones a los diferentes colegios de la ciudad comienzan al inicio del periodo escolar.
El año pasado tuvieron la asistencia de 110 mil niños de diferentes instituciones de Guayaquil, Samborondón, Durán y Santa Elena. “En general nosotros tratamos de que los chicos tengan un espacio. Ellos necesitan aprender, ir al lugar y saber de qué se trata”, dice Martha del recorrido donde se explica la clasificación de desechos en la planta. “Los niños son mucho más auditivos, escuchan bastante. Llegan a sus casas y les enseñan a sus padres (…) Son voces que están llegando a donde nosotros queremos ”, agrega la coordinadora de un trabajo que comienza desde casa.
Y es que este sería uno de los principales lugares para aprender sobre cómo reciclar y accionar en Guayaquil, según Martha, podría atreverse a señalar que es el único centro de acopio que educa. “El primer paso es el que estamos dando nosotros, llegando a los niños. Pero necesitamos más apoyo de las autoridades. Hay ciertas instituciones y empresas que se han unido, pero estamos dispersos”. La escuela recibe el material reciclado del Municipio de Guayaquil, INEC y otras instituciones, pero aún no tienen un acercamiento con Puerto Limpio, responsables de la recolección de basura en la ciudad.
Ante la pregunta del por qué no existe ese acercamiento con los responsables de la recolección de basura en Guayaquil se crean más dudas, pero hay una certeza: “Nos hace falta bastante comunicación”. Martha es consciente del trabajo que realiza la escuela sin contar con el apoyo de medios de comunicación y otras instituciones para compartir e insistir con el mensaje de reducir y reciclar.
De los niños que asistieron el año pasado, señala Martha, 55 MIL estudiantes de escuelas fiscales contaron con la cobertura del Municipio de Guayaquil para su transportación y entrada al recorrido. El valor para escuelas fiscales tiene un costo de $5 dólares y particulares $6 dólares, por cada estudiante. Para personas independientes, que quisieran asistir, podrían integrarse al grupo de escuelas porque son horarios en la mañana.
En el 2004 se creó la Escuela de Reciclaje en el Malecón del Salado. Un año después, Jimmy Molina, se unía: “porque me encanta todo lo que tiene que ver con la naturaleza. Me gusta proteger, conservar y preservar el medio ambiente”. Jimmy se cuestiona por qué muchas personas no entienden el daño que causan al botar basura en la calle, al río, al estero. Él conoce de proyectos interesantes de arborización, huertos, huella hídrica, pero desde la Escuela de Reciclaje trabaja para que se recoja todo lo que se pueda reciclar. “Nuestro objetivo es crear otra clase de cultura con los desechos. Es un proyecto a largo plazo, con más de diez años”, dice Jimmy.
Él habla sobre este proyecto como parte de una fuente de trabajo. De cómo se vincula a personas que recogen para crear cosas que se transformen en ganancias, en vez de que se queme en las calles. “Tenemos que ver hacia el futuro. Sumemos, no restemos”, agrega. Según la experiencia de Jimmy, en el Malecón 2000, se ha evaluado una buena disposición de los visitantes al momento de depositar sus desechos en los tachos. “Falta mucho por hacer. En los centros comerciales los revuelven, pero hace falta educación. Visiten nuestro acopio, es algo diferente y ustedes pueden aprender”, añade.
Botellas de champú, envases, botellas de agua, de vidrio, chatarra. Existe material que llega en plástico que no es desechable y otros que son de un uso porque contienen elementos químicos altos en contaminación. Uno de los artículos más difíciles de reciclar son las pilas, pero Jimmy, desde el centro de acopio, los guarda en cajas térmicas para que no terminen ni en el río, ni el estero salado. Hasta que una empresa ayude en un especializado proceso de reciclaje.
Pequeñas acciones que comienzan desde el hogar. “A nosotros nos costó concienciar en el 2004 desde el Malecón del Salado. Fue muy difícil. Hoy en día es un tema que podemos hablar”, cuenta Jimmy sobre los inicios de la Escuela donde podían concentrar entre mil o dos mil toneladas. Actualmente reciclan desde 10 mil toneladas y resaltan que en su centro de acopio pueden reciclar todo: plástico, vidrio o chatarra.
Información importante:
- RECICLA. Se puede reciclar de Lunes a Viernes de 08:00 a 17:00. Los fines de semana también pueden dejar su reciclaje en el mismo horario y en el corredor de su rampa. ¡Porque sí lo reciclan! Por favor, dejar sus fundas o cajas divididas en la esquina del corredor porque luego ellos lo clasifican.
- UBICACION. La Escuela de Reciclaje queda junto al Cinema Malecón, antes conocido como IMAX, en el Malecón 2000. Guayaquil.
- REAL. Pueden reciclar plásticos, fundas, tetra pack, periódico, papel, revistas, los envases de shampoo, envases de pasta de diente, cepillos de diente, botellas de vidrio, botellas de plástico. Solo hay que limpiar lo que se recicla y dividir en fundas que se puedan reciclar. (Hay fundas que tienen muchos tóxico, tratar de usar BIO, como los que se entregan en el supermercado o en cartones).
- ESENCIAL. La idea principal es reducir, luego reciclar.
- IRREPARABLE. Los sorbetes, vasos, cucharas, platos y más cosas hechas de plásticos, son basura de un solo uso. No se recicla por tener más tóxicos y es considerada basura de un solo uso que se debe reducir y eliminar. De todas formas, hay personas que sacan provecho a su uso, en caso de cucharas y vasos, con artesanías, pero usualmente van directo a la basura. Las fundas rayadas de colores, que sobre todo se encuentran en tiendas, son de las más difíciles de eliminar por el tiempo que tardan en desaparecer. Esas fundas tampoco se pueden reciclar por la contaminación que genera. Por eso se promueve comprar con bolsas que se reutilicen.
- NO OLVIDAR. Tú eres el cambio, tú haces la diferencia, Tú creas tu ciudad. COMPARTE.